Día de Fibonacci

Estas son las claves

sobre la proporción áurea,

la huella matemática en la naturaleza

Desde la disposición de las hojas en una planta hasta la forma de una concha marina, existe una constante que ha intrigado a matemáticos, artistas y filósofos: el número áureo.

En el corazón de la naturaleza, en los patrones que adornan los pétalos de las flores, las espirales de las conchas marinas o, incluso, las ramificaciones de los árboles, se encuentra una elegante y misteriosa huella matemática: la proporción áurea. Se trata de un concepto que ha llamado la atención a matemáticos, artistas, filósofos y científicos a lo largo de la historia, llegando a influir de manera notable en el arte y la arquitectura, como es el caso de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, o de la estructura del Partenón de Atenas.

EL NÚMERO DORADO

El número dorado, el número de Dios, el número divino, phi … El número áureo responde ante múltiples nombres que lo hacen parecer una de las cifras más importantes y emblemáticas de las matemáticas, pero ¿a qué hace referencia realmente? Pues, numéricamente, no es más que la relación entre dos segmentos de una recta, es decir, una simple proporción geométrica (proporción áurea).

Se trata de un número irracional, o lo que es lo mismo, que no puede expresarse como razón de dos números enteros y, por lo tanto, es infinito: siempre se puede calcular alguna cifra más y no tiene un valor final. El valor numérico al que responde es el 1.618033988…

LA PROPORCIÓN ÁUREA

Una forma de entender mejor cómo funciona la proporción áurea es a través de la sucesión de Fibonacci, una serie de cifras en la que la suma de dos números consecutivos siempre da como resultado el siguiente y, además, la relación entre cada número se aproxima siempre al número de áureo. Es decir, la sucesión se define como: 0,1,1,2,3,5,8,13,21,34… donde el tercer número es la suma del primero y el segundo, el cuarto es la suma del segundo y el tercero, el quinto es la suma del tercero y el cuarto… Y para encontrar el número áureo solo tenemos que dividir cada número entre el anterior, eso sí, mejor que empieces en el 5, pues debes dejar a la sucesión formarse bien.

¿Y te suena la espiral áurea? Pues ese elemento es la “aplicación práctica» de nuestra proporción. Para encontrar la espiral debes imaginar un rectángulo y trazar un cuadrado dentro que divida al rectángulo en dos partes no iguales. Luego, debes trazar otro cuadrado en la parte pequeña, y así sucesivamente. Los lados de los cuadrados representarán cada uno de los valores de la sucesión (los dos más pequeños tendrían lado de magnitud 1, el siguiente 2, luego 3 y después 5…) La espiral saldrá del cuadrado más pequeño y atravesará la mitad del cuadrado con una curva.

La espiral áurea formada a partir de la construcción de los rectángulos, según como indica la sucesión de Fibonacci.

EL NÚMERO ÁUREO EN LA NATURALEZA

Sin embargo, lo más increíble de este patrón, no es quizás toda esa parte matemática, sino la forma en la que aparece de manera constante en la naturaleza, dejando huella en múltiples sistemas vegetales, animales e incluso humanos. El ejemplo más reconocido es el de las conchas de animales marinos: existen diversas especies de nautilus, propias de la familia Nautiliade donde la proporción entre las espiras del interior de la concha responde a la proporción áurea, siguiendo la trayectoria marcada por la espiral.

Otros ejemplos de lo más llamativos son la distribución de los pétalos de ciertas flores, la cantidad de espirales con las que consta una piña o la relación entre el grosor de las ramas principales de un árbol y su tronco. Además, en los girasoleses muy evidente apreciar la famosa espiral áurea en su parte central, justo en las semillas colocadas entre las flores.

Los humanos no se salvan. El ejemplo más curioso es que, para cada individuo, el número áureo aparece como la relación de la distancia entre el ombligo y la planta, con la altura total. Además, la belleza de la proporción influye sobre la forma en que percibimos si una persona es “más o menos guapa” pues, cuanto más se acerque su cara a la distribución áurea, más prototípicamente bellas nos parecerán sus facciones.

EL NÚMERO ÁUREO EN EL ARTE Y LA ARQUITECTURA

La observación de esa proporción divina en los sistemas naturales a lo largo de los años, supuso una clara influencia para diversos artistas, los cuales decidieron incluirla en sus obras y creaciones. Muchas de ellas pasaron a la historia y se presentan hoy en día como cuadros, sinfonías u obras arquitectónicas de lo más emblemáticas. Un claro ejemplo es la pirámide de Guiza: la altura del monumento dividida por la mitad de la base es aproximadamente igual al número áureo. Además, las secciones en las que se divide la pirámide, como la altura hasta el punto medio y la cúspide, responderían también de acuerdo a la proporción.

La Mona Lisa es quizás la obra más reconocida que cumple la proporción áurea, aunque también aparece en esa lista el cuadro Leda atómica de Dalí, la cual destaca por haber sido pintada con el asesoramiento del matemático Matila Ghyka. En la obra de da Vinci, destaca sobre todo la forma en la que los patrones faciales se asemejan a la proporción áurea, o la comparación del aspecto rectangular del retrato con la relación áurea. Incluso, algunos investigadores han identificado curvas dentro de la pintura que se asemejan a las espirales áureas.

En arquitectura destacaría también el Partenón de Atenas debido a la relación que aparece entre las medidas del techo y las columnas, o los violines, pues su diseño implica que la ubicación de sus “eses” se relacione directamente con la proporción áurea. Incluso en la música es posible encontrar el número divino, como es el caso de las estructuras formales que aparecen en las sonatas de Wolfgang Amadeus Mozart, o en la Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven. Sin embargo, los expertos optan por la idea de que ambas se compusieron, probablemente, basándose en el equilibrio de masas sonoras, no siendo realmente conscientes los autores de la utilización de la proporción.

Artículo tomado de: https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/estas-son-claves-sobre-proporcion-aurea-huella-matematica-naturaleza_20723

Nellie Campobello

El talento, la trayectoria artística, el empeño y el trabajo literario de Nellie Campobello la convirtieron en una precursora.

Nellie Campobello

Latente la inquietud de mi espíritu, amante de la verdad y de la justicia, humanamente hablando, me vi en la necesidad de escribir”.  

Nellie Campobello

Nellie Campobello es una de las grandes narradoras de la Revolución Mexicana, gracias a su libro ‘Cartucho’, precursor
de otras obras cruciales, tales como ‘Pedro Páramo’.

Fundiendo la singularidad autobiográfica, el anonimato popular, la relación histórica y la crónica familiar, la autora duranguense ahonda en detalles cotidianos y aparentemente insignificantes, normalmente no abordados en obras del género.

Nacida en Villa de Ocampo, Durango, diez años antes del estallido de la Revolución mexicana, Francisca Ernestina Moya Luna, mejor conocida como Nellie Campobello, se convertiría en años posteriores en una importante narradora de este movimiento armado y en una de las bailarinas más importantes del país que marcaría con su pionera labor dancística un hito en esta disciplina. 

Campobello creció en Durango e Hidalgo, donde fue testigo en carne propia y a muy corta edad de los enfrentamientos que desató la Revolución mexicana, pero, tras la muerte de su madre, ella y su familia se trasladaron a la Ciudad de México

Fue en la capital del país donde Campobello conoció la danza y desarrolló su carrera después de estudiar en una escuela inglesa y de convertirse en alumna de Lettie H. Carroll, coreógrafa y empresaria estadunidense pionera en la enseñanza de la danza en México. 

Nellie Campobello se relacionó con importantes artistas e intelectuales de la época, lo cual le permitió abrirse camino y, al lado de su hermana, Gloria Campobello, pronto se convirtió en una figura importante de la vida cultural del país.

Ambas hermanas fueron invitadas a presentarse en La Habana, Cuba, donde conocieron al entonces embajador mexicano Carlos Trejo, quien al ser nombrado titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) puso en marcha un proyecto de danza nacional en el que participaron Nellie Campobello y su hermana; además, Campobello impartía clases de danza en la Casa del Estudiante Indígena. 

El presidente Lázaro Cárdenas confió a Nellie Campobello la elaboración de una coreografía para conmemorar por medio de su representación la Revolución mexicana; de dicha encomienda surgió el Ballet 30-30. En la pieza participaron niños que representaban al pueblo, mientras que la propia Nellie a la Revolución.

En 1932 se creó en la Ciudad de México la Escuela de Danza, considerada la primera institución pública dedicada a la enseñanza de la danza en México. Esta instancia tenía por meta investigar las diferentes danzas del país, formar bailarines y generar un cuerpo de baile profesional.  

La trayectoria y experiencia de Nellie en el campo dancístico la convirtieron en directora de esta institución hacia 1937. Su paso como máxima autoridad marcó un antes y un después, pues logró consolidar dicha institución como un importante centro educativo de la danza que fungió como plataforma para la formación de bailarines y bailarinas profesionales.

En 1938, la institución cambió su nombre a Escuela Nacional de Danza y actualmente es conocida como la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, nombre otorgado en honor a Nellie, quien fue directora de la institución por más de 40 años, y su hermana.  

La danza no fue el único campo en el que Campobello se desarrolló, pues la escritura fue una importante actividad para ella, incluso es aún más conocida por esta labor debido al importante lugar que guardan sus obras en la literatura mexicana.

En 1931 Campobello publicó Cartucho, un texto que originalmente contenía 33 relatos breves que registran diversos acontecimientos que tuvieron lugar en la región de Parral en la época más violenta del enfrentamiento armado de la Revolución mexicana. 

La importancia de esta obra radica en que se trata del primer libro que versa sobre la Revolución que es escrito por una mujer; además, su particularidad se halla en que, a diferencia de otras novelas sobre la Revolución, la de Campobello registra el movimiento armado que se dio en el norte del país, específicamente en Chihuahua y Durango.

Los relatos que conforman el libro oscilan entre el cuento, la crónica y la novela histórica, pues tienen un carácter testimonial y están basados en personajes y hechos reales. Un aspecto peculiar de la obra es que la voz narradora es una niña que presencia este momento de la historia. Asimismo, la narrativa del libro de Campobello se aleja de la arropada por el discurso dominante que calificaba a los villistas como “bandidos”, “criminales” y “asesinos”, características lejanas a las que la propia Campobello había conocido.

La profunda admiración hacia Francisco Villa llevó a que Nellie Campobello se adentrara en una investigación que tuvo como resultado el libro Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940). La realización de esta obra se logró gracias a documentos que le fueron proporcionados por Austreberta Rentera, esposa de Francisco Villa. En este texto, Campobello se aleja de lo literario y su escritura adquiere un carácter histórico.  

Destaca también en su producción literaria Las manos de Mamá (1937), un texto que se desarrolla en el contexto revolucionario y el que la autora dedica a la memoria de su madre, figura importante a lo largo de su vida. Asimismo, Campobello publicó un libro de poemas intitulado Yo, el cual fue editado por Dr. Atl en 1929.

El talento, la trayectoria artística, el empeño y el trabajo literario de Nellie Campobello la convirtieron en una precursora, en diferentes dimensiones, tanto en la danza como en la literatura, pues logró que su voz, ideas y propuestas artísticas fueran escuchadas y tomadas en cuenta en una época en la que de manera predominante las mujeres tenían poca participación en la vida pública. 

Nellie Campobello falleció en 1986 en Hidalgo mientras se encontraba desaparecida tras ser privada de su libertad por María Cristina Belmont, exalumna de Campobello, y su esposo.

Información tomada de: https://www.gob.mx/cultura/articulos/nellie-campobello-bailarina-narradora-de-la-revolucion?idiom=es

Flores del Día de Muertos

Conoce 5 de las flores de Día de Muertos más características de esta celebración, su significado en el altar y los lugares en México que son sus principales productores ¡Visítalos en Día de Muertos!

El cempasúchil no es la única, conoce otros tipos de flores de Día de Muertos, su relación con los finados y dónde colocarlas correctamente en tu altar de muertos.

En México, la temporada de finados es una de las fechas más especiales e importantes para cada una de las regiones del país y sus culturas. Desde el Xantolo en la Huasteca Potosina, hasta el Hanal Pixán en Yucatán, todas las tradiciones de México para estas fechas tienen algo en común: Las flores de Día de Muertos.

El cempasúchil es la flor más característica de la época de los fieles difuntos, sin embargo, existen otros tipos de flores bellísimas como la nube, el terciopelo, el clavel, el crisantemo, la orquídea o el pensamiento; que son otrotipos de flores de Día de Muertos.

Una de las más importantes tradiciones cuando se acercan las fechas de los fieles difuntos, son las flores de Día de Muertos, la representación del amor que todavía vive en nuestros corazones por quienes han trascendido este mundo.

Sin embargo, no cualquier tipo de flor entra en la categoría de flores de Día de Muertos. A continuación, conoce las flores que por tradición, se utilizan en los altares y descubre su conexión con el Día de Muertos, a continuación.

Nube, una flor de Día de Muertos

La nube, también conocida como Velo de novia, son florecillas blancas que vienen en voluminosos ramilletes, perfectas para adornar tu altar de muertos. También existen en color rosa y en época de celebrar a los difuntos, se pueden ver especialmente en los panteones.

Estas flores de Día de Muertos son de exquisito aroma y combinan particularmente bien con el cempasúchil. Según la tradición, la nube se pone especialmente para las almas de los niños, pues se cree que su presencia y olor permite que las ánimas lleguen y se vayan felices.

En México, se sabe que la flor de Día de Muertos conocida como Nube, es producida en aproximadamente 250 hectáreas y se cosechan alrededor de 460 mil manojos. El municipio de Tenango del Valle en la zona metropolitana de Toluca es uno de los principales productores de Nube para Día de Muertos.

Terciopelo

La celosía, Cresta de Gallo o Mano de león, comúnmente conocida como Terciopelo, es parte de las flores tradicionales para Día de Muertos.

Su nombre se debe a que el Tercipelo es una flor muy suave, se le puede encontrar en colores rojo carmín, amarillo, aunque en México existen en tonos rosas o fiusha. Aunque su origen es asiático, también se cultiva en la zona centro y sur de México. 

El Terciopelo es una flor de Día de Muertos bellísima para adornar los altares y recibir a los difuntos, sin embargo, se dice que la presencia del Terciopelo trae confort durante el duelo por perder un ser querido. También se usa para limpiar el ambiente y es una planta con propiedades antibacteriales.

“Abre sus pétalos de terciopelo, mientras la cubre gélido rocío, hecho de lágrimas que forman río, de los que sufren sin tener consuelo”.

En México, el Terciopelo se cultiva en 51 hectáreas y para la temporada de difuntos se tiene alrededor de 176 manojos. Los municipios de Tonatico y Villa Guerrero, en el Estado de México, son de los principales productores de Terciopelo en el país.

Clavel, clásica flor de Día de Muertos

El nombre Clavel significa “Flores de Dios”y las hay de diferentes colores como rojo, amarillo y rosa, que según la tradición, representan un vivo amor, luz para el fallecido o que el que las ofrenda tieneun hermoso recuerdo del difunto

Su presencia significa un fuerte vínculo con la persona que se ha ido y representa unión. Existen alrededor de 250 especies diferentes de Clavel, aguantan mucho tiempo vivas una vez que son cortadas y su producción puede suceder en cualquier momento del año.

En México, los mayores productores de Clavel son el Estado de México y Baja California, con un total aproximado de 590 hectáreas.

Crisantemo, una misteriosa flor de Día de Muertos

El Crisantemo es una flor de Día de Muertos originaria de España, su nombre significa “Flor de oro”, tiene un olor muy distintivo y agradable al ser humano, además de ser considerada un detalle muy romántico.

Sin embargo, en cuanto al Día de Muertos, el Crisantemo en el altar es un símbolo de eternidad, el morado es el color más utilizado de esta flor en Día de Muertos. Se acostumbran poner sobre todo en los panteones.

Estas flores de Día de Muertos se cultivan en 856 hectáreas mexicanas con Villa de Guerreros como principal productor; le siguen Tenancingo, Coatepec y Texcoco.

Alhelí, de las más bellas flores de Día de Muertos

Originaria de Asia, Sudáfrica y el Mediterráneo; las flores de Día de Muertos conocidas como Alhelí tienen distintos significados según los colores que se decidan colocar en la ofrenda de muertos.

Las flores de Alhelí son especialmente utilizadas para los altares porque aguantan mucho tiempo vivas después de ser cortadas y portan un aroma sin igual. Sus colores pueden ser blanco, púrpura, rosa, lila, morado y amarillo.Simbolizan el aprecio por los recuerdos que se tiene del difunto y son ofrenda para que lleguen al descanso eterno.

En México, los estados de Baja California y Puebla son los principales productores del Alhelí.

Artículo tomado de: https://www.mexicodesconocido.com.mx/flores-de-dia-de-muertos.html