La Bauhaus

En sólo catorce años de vida, la Bauhaus se convirtió en la mayor escuela de arte del mundo.

La Staatliches Bauhaus (Casa de la Construcción Estatal) o simplemente la Bauhaus, fue la escuela de diseño, arte y arquitectura fundada el 25 de abril de 1919, por el arquitecto alemán Walter Gropius, en Weimar (Alemania) y clausurada por las autoridades prusianas (en manos del partido nazi) en el año 1933. El nombre Bauhaus deriva de la unión de las palabras en alemán Bau, «de la construcción» y Haus, «casa»; irónicamente, a pesar de su nombre y del hecho que su fundador fue un arquitecto, la Bauhaus no tuvo un departamento de arquitectura en los primeros años de su existencia. La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy se conoce como diseño industrial y gráfico; puede decirse que antes de la existencia de esta escuela estas dos profesiones no existían, tal y como fueron concebidas dentro de dicha institución. Sin duda, la escuela estableció los fundamentos académicos sobre los cuales se basaron, en gran medida, algunas de las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando una nueva estética que abarcó todos los ámbitos de la vida cotidiana: desde los elementos más simples como una silla, hasta los más complejos.

Durante la República de Weimar(1919–33), Alemania vivió una especie de boom de las artes y oficios promovida por Walter Gropius, veterano de guerra e inspirada en el movimiento Arts and Craftsinglés.

Lo que Gropius tenía en mente era casi una utopia. La nueva Alemania destruída por la guerra sería reconstruida por una generación de jóvenes con habilidades prácticas e intelectuales para construir una sociedad más civilizada y menos egoísta.

Para ello hacía falta, antes de nada, una escuela de carácter democrático y co-educativo que podría impartir un plan de estudios fuera de lo convecional pensado para que cada estudiante siguiera su propio ritmo interno a nivel artístico y personal.

Nació así la Bauhaus (en alemán, Casa de construcción), que se estableció en Weimar, epicentro del nuevo país en construcción.

“Profesores de la Bauhaus, en el medio Gropius”.

Paso número uno: los estudiantes de Bellas Artes debían bajar de su torre de marfil y ensuciarse un poco las manos con la colaboración de todo tipo de artesanos. Así, se fueron eliminando las barreras entre artesanos, arquitectos, escultores y pintores para crear una obra de arte total.

Paso número dos: se copió el modelo de las Arts and Crafts de William Morris en los que los estudiantes empezaban como aprendices, después se hacían oficiales, y finalmente, si eran lo suficientemente buenos (dejando de lado todo tipo de dedocracia y tráficos de influencias) se convertían en maestros.

Paso tres: contratación de los más reputados profesionales. Todos los estudiantes empezarían formados por maestros reconocidos, la crème de la crèmede la intelectualidad alemana de la época, que no tenían porqué tener experiencia alguna en docencia.

Profesores y alumnos

En la escuela se vivía una extraña vibración. Todo el mundo estaba creando entusiasmado, sin límites ni prejuicios. Los arquitectos tejían, los pintores encuadernaban… todos aprendían.

Y también festejaban. Si por algo se caracterizaba la escuela era por sus legendarias fiestas, generalmente temáticas (fiesta blanca, fiesta del metal, fiesta de los cometas) y casi siempre de disfraces, donde, como es de suponer, corría el alcohol y otras sustancias. La Bauhaus también trabajaba las fiestas como una obra de arte.

Entre los profesores se encontraban extraños especímenes como Johannes Itten, calvo y con túnica, que deambulaba por las clases como un pre-hippie estimulando la espiritualidad de los artistas (y por tanto su inspiración) con ideas copiadas del socialismo, las religiones orientales y otras varias sectas que hoy conoceríamos como new-age.

Kandinsky y Klee también daban clases (pintura mural y color, respectivamente) y se sentían como en casa, libres para crear y embriagados por el ambiente efervescente dentro de la escuela.

Sin embargo, fuera de ella las cosas eran distintas. Alemania, agobiada por sus obligaciones con el Tratado de Versalles y viendo como empezaba a reinar el desorden social y las luchas entre las más variadas facciones políticas.

Cambio de orientación

Oliéndose el desastre, y presionado políticamente por acoger a todo tipo de izquierdosos, excéntricos y holgazanes, Gropius se vio obligado a tomar cartas en el asunto. La filosofía artesanal y antimaterialista había acabado para la escuela. Ahora había que hacer dinero y llevar el concepto de Bauhaus a una escala más industrial, pero sin perder la esencia.

Un golpe maestro fue traerse al neoplasticista Theo van Doesburg, que fue más o menos el creador de la Bauhaus que todo el mundo conoce. Líneas rectas, simplicidad, eficacia.

Los estudiantes acudieron en masa para ver al holandés dando clases y de paso siguieron nutriéndose de los profesores de siempre, llegando a juntarse más talentos artísticos en una sola institución como no se había hecho desde la Florencia del Renacimiento o algún café del París de fin de siglo.

Producción de arte

La maquinaria se puso a trabajar y de la Bauhaus de esos años salieron todo tipo de cosas, desde diseños para barrios enteros a juegos de té.Lámparas, sillas, mesas, escritorios, juguetes, señalización, murales, vidrieras, alfombras, joyas…

En todo el mundo empezaron a conocerse las creaciones de diseño fresco y original de la Bauhaus, sin importar ideologías ni fronteras. Del comunismo soviético a los áticos más exclusivos de Manhattan, todos querían un pedazo de ese nuevo arte que se estaba haciendo en una pequeña región de Alemania.

Fin del sueño

Pero Gropius tenía enemigos. Quizás el peor era Adolf Hitler, antiguo artista fracasado, que estaba empezando a subir políticamente con su partido de agitadores y bravucones que parecía tener hipnotizada a cada vez más gente.

Hitler odiaba tres cosas: el modernismo, los intelectuales y los judíos. En la Bauhaus abundaban todos estos especímenes, así que cuando el führer se hizo al fin con el poder, la escuela tenía los días contados.

Gropius decidió hacerse un lado y le cedió las riendas a un más que eficiente Mies van der Rohe (si… el de «Menos es más») que trasladó la escuela a Dessau y luego a Berlín.

En 1933 la más grande escuela de arte y diseño del mundo se convirtió de la noche a la mañana para el gobierno en un nido de víboras y alimañas creando arte decadente y subversivo, por lo que se ordenó su cierre inmediato. Y para que nadie olvidara lo que detestaba las abominaciones que se hacían ahí, organizó una exposición de Entartete Kunst (“arte degenerado” según los nazis).

Todo el arte moderno del país fue saqueado y destruído.

Pero los artistas que ahí habían creado (al menos los que pudieron) divulgaron la doctrina de la Bauhaus por todo el mundo, creando una frecuencia cuyas vibraciones llegan a hoy en día, desde el iPhone hasta Ikea.

Información tomada de: https://historia-arte.com/articulos/la-bauhaus

https://www.historylatam.com/hoy-en-la-historia/fue-creada-la-bauhaus

Charles Chaplin

El 16 de abril de 1889 nació en Londres Charles Chaplin, uno de los grandes mitos del mundo del cine. A pesar de su amplia filmografía, Chaplin ha pasado a la historia por la creación del personaje de Charlot, un entrañable vagabundo que se ha convertido en un icono universal.

Con el nacimiento de Charles Chaplin en abril de 1889 en la capital inglesa, lo hacía al mismo tiempo Charlot, el entrañable vagabundo de modales refinados que, vestido con pantalones bombachos, grandes zapatos, un bastón y un bombín, guardaba en su interior un corazón lleno de humanidad.

La infancia de Chaplin estuvo marcada por una grave desestructuración familiar. Su padre, que era alcohólico, abandonó a la familia cuando él tenía tres años y su madre, Hannah, una actriz de music hall, se vio obligada a sacar adelante ella sola a sus hijos. Pero los fracasos en su profesión y la falta de recursos económicos empezaron a afectar a la salud mental de Hannah, y durante un tiempo los niños tuvieron que vivir en un asilo, donde Charles sufrió las burlas de otros niños. Poco a poco, el estado de Hannah fue empeorando y tuvo que ser internada en un frenopático. En 1897, el joven Chaplin se unió a un grupo de actores juveniles aficionados que hacían giras por los pueblos, y más tarde formó parte de otras compañías ambulantes profesionales, aunque muy modestas. En 1898, ya era un experto actor infantil.

LA CREACIÓN DE UN PERSONAJE ICÓNICO

Con 20 años, Charles Chaplin cruzó el Atlántico para probar fortuna en Estados Unidos, enrolándose en la troupede los estudios Keystone. Fue entonces, en el rodaje de la película Aventuras extraordinarias de Mabel, estrenada en 1914, cuando, de forma improvisada y apresurada, surgió el personaje de Charlot. Éste se presentó al mundo del cine ataviado con la ropa que lo haría famoso y lo convertiría en una estrella.

A partir de entonces, Charlot participó en docenas de películas que permitieron a Charles Chaplin, de una forma sutil e inteligente, hacer una crítica de la desigualdad social imperante en su tiempo. Esta crítica culminaría en 1936 con Tiempos Modernos, película en la que Chaplin deleitaría al espectador con la última aparición de Charlot en pantalla.

Tiempos Modernos, de 1936, supuso la última aparición de Charlot en la pantalla

Con el estallido de la segunda guerra mundialy la consiguiente invasión alemana de Europa, Charles Chaplin, ya sin bombín, se viste de un humilde barbero judío que, amnésico tras un accidente de avión, se convierte en Adenoid Hynkel, un dictador fascista que inicia la persecución del pueblo judío, a quien considera responsable de la situación de crisis que vive el país. La película alcanza su punto álgido con el discurso final, en el que Chaplin denuncia no sólo el nazismo, sino también el antisemitismo y la intolerancia en general.

PERSEGUIDO POR SUS IDEAS

Tras la guerra, en 1949, el Comité de Actividades Antinorteamericanas obligó a Chaplin a comparecer para que respondiera sobre su supuesto «activismo» antiamericano, a causa de la crítica social que destilaban sus películas y por sus ideas progresistas –llegaron a acusarle de ser comunista– . Al final, Chaplin, cansado de la censura, decidió instalarse en Europa con su familia y no regresar jamas a Estados Unidos.

En sus últimos años, Chaplin aún tuvo tiempo de rodar CandilejasUn rey en Nueva York y La condesa de Hong Kong. En 1972, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles le otorgó el Oscar Honorífico a toda su carrera, y Chaplin regresó a Estados Unidos por última vez. El auditorio puesto en pie, le aplaudió durante doce minutos ininterrumpidamente. Chaplin murió en su tranquilo retiro suizo de Corsier-sur-Vevey a los 88 años.

En 1972 recibió un Oscar Honorífico a toda su carrera. El auditorio puesto en pie le aplaudió durante doce minutos, un auténtico récord

Con el paso del tiempo, Chaplin acabó sintiendo remordimientos por haber «matado» a Charlot, el personaje que le catapultó a la fama, y en unas declaraciones que ofreció a los medios en los años cincuenta, admitió, en un rapto de sinceridad, que: «Me equivoqué al matarle, había sitio para el hombrecito en la era atómica». Pero nadie puede negarle a Charles Chaplin su papel en la creación de un icono universal imperecedero; de hecho, el gracioso hombrecillo ya ha cumplido más de un siglo. Y seguro que aún seguirá deleitando con sus ocurrencias a las generaciones futuras.

“Dirigida por Charles Chaplin, The Kid (El Chico) es una comedia dramática muda que se grabó en 1921”.

Información tomada de: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/historia-charles-chaplin-padre-charlot_14146

Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados

El comienzo de la era espacial para la humanidad

El 12 de abril de 1961, el ruso Yuri Gagarin realizó el primer vuelo espacial tripulado, un evento histórico que abrió el camino a la exploración del espacio en beneficio de toda la humanidad. Esa es la razón por la que la Asamblea General de la ONU, a través de su resolución A/RES/65/271, aprobase el 12 de abril como Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados.

Con la efeméride se quiere conmemorar cada año el principio de la era espacial y reafirmar que la ciencia y la tecnología espaciales contribuyen de manera crucial a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible y aumentar el bienestar de los Estados y los pueblos. El Día también quiere sensibilizar al mundo para asegurar que se cumpla la aspiración de reservar el espacio ultraterrestre a fines pacíficos, perseverar en los esfuerzos para que todos los Estados puedan gozar de los beneficios derivados de esas actividades y mantener el espacio como patrimonio de toda la humanidad.

Antecedentes

El lanzamiento al espacio del primer satélite terrestre construido por el ser humano, el Sputnik I, tuvo lugar el 4 de octubre de 1957, abriendo así el camino a la exploración espacial. El 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin fue el primer hombre que orbitó la Tierra, con lo que inauguró un nuevo capítulo de la aventura humana en el espacio ultraterrestre.

La declaración recuerda además la increíble historia de la presencia humana en el espacio ultraterrestre y los extraordinarios logros obtenidos desde el primer vuelo espacial tripulado: en particular, que Valentina Tereshkova se convirtiera en la primera mujer en orbitar la Tierra el 16 de junio de 1963, que Neil Armstrong fuese el primer hombre en pisar la Luna el 20 de julio de 1969 y que las naves espaciales Apolo y Soyuz se acoplasen el 17 de julio de 1975 en lo que pasó a ser la primera misión humana internacional en el espacio. A estos ejemplos también cabe añadir el hecho de que, durante la última década, la humanidad ha mantenido una presencia humana multinacional permanente en el espacio ultraterrestre a bordo de la Estación Espacial Internacional.

Las Naciones Unidas y el espacio ultraterrestre

Desde el comienzo de la era espacial, las Naciones Unidas reconocieron que el espacio ultraterrestre agregó una nueva dimensión a la existencia de la humanidad. La familia de las Naciones Unidas se esfuerza continuamente por utilizar los beneficios únicos del espacio ultraterrestre para el mejoramiento de toda la humanidad.

Reconociendo el interés general de toda la humanidad en el proceso de la exploración y utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos y buscando responder preguntas sobre cómo el espacio exterior puede ayudar a beneficiar a la gente de la Tierra

La oportunidad de todos podamos ir al espacio

Información tomada de: https://www.un.org/es/observances/human-spaceflight-day